Obra:
Mural de marcado carácter reivindicativo social y en donde una
valla ficticia que como el Ying y el Yang, tiene el blanco o el negro como
colores primarios según el lado del rió que te encuentres y el rojo de color
secundario por su simbología.
Opinión:
Yo siempre diré que cada uno saca unas conclusiones cuando
ve una obra artística, ya sea un cuadro, una fotografía, un grabado o una
escultura, lo que sea… y esas sensaciones que transmite dicha obra va enmarcada
por cosas tan dispares como gustos, conocimientos artísticos, conocer el autor
o su explicación de dicha obra, de ahí
que cuando de mi opinión siempre será subjetiva y mía, llena de grandes lagunas
o errores pero quiero darla.
Unas vallas se yerguen sobre el rio, en un principio los
cerramientos son sencillos de simple torsión, impidiéndonos el paso, para convertirse
a continuación en alambrada de púas o espinos, disuasorias y castigadoras para
todo aquel que las intente atravesar.
A un lado, un cuervo parece observar como al otro lado del
canalón el deseo y las ansias están dibujadas en forma de una bandada de pájaros
que rompen la alambrada en busca de su libertad, acompañado todo ello con el símbolo
anarquista, de alguna manera es como si dijera los autores o autor, que a pesar
de que se presente como algo malo u oscuro el anarquismo, ellos luchan por la
libertad individual sin miedo a romper barreras y ataduras, mientras que en el
lado de la luz (el blanco) nos hemos acomodado y domesticado a vivir en jaulas
que nos impiden hacer esto o aquello.
El espíritu anárquico, pervivirá en el tiempo, de eso estoy
seguro, aunque solo es factible o más que decir factible, deberíamos afirmar
que solo se produce en grupos reducidos de individuos, familias, asociaciones y
localidades históricamente, más allá de esos tamaños contenidos, su
funcionamiento se convierte en caótico e inviable por la misma naturaleza
humana. Con esto solo quiero decir que como sistema de organización social la anarquía
tiene demasiados contras, al igual que el comunismo se ha comprobado que falla aún
más que la democracias, sin que estas se puedan considerar perfectas, tal vez
debamos mencionar los fallidos sistemas dictatoriales, monárquicos o religiosos
a la hora de dirigir macrosociedades más allá de sus fieles seguidores.
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