Ya hemos comentado que el Proyecto Víbora II se da en pleno
siglo XXI y por ello se busca que los productos no sean tóxicos con el
medioambiente debido a la proximidad de los murales y su contacto con las aguas
del rió en las crecidas, ya que tenemos que tener en cuenta que el arte urbano
es efímero, no dura para siempre y más si la superficie es el cauce de un rió.
Por segunda vez la empresa de pinturas ilicitana El Peix, a cuyo frente se encuentra José Andres Agullo, colabora
fabricando las pinturas pero para esta ocasión serán no toxicas, al no llevar
disolventes, los pigmentos serán naturales, llevando resinas como aglutinantes y
aditivos espesantes permitidos por la legislación europea.
Debido a estas características peculiares de las pinturas, la
gama de colores no será muy amplia pero si lo suficiente para que combinándose acertadamente
obtener una paleta variada. Se fabrica un blanco base, negro, rojo oxido, ocre
oxido, azul ultramar, rojo vivo, amarillo base, verde oxido y azul base.
En un principio se proyectó necesitar en torno a 9.600 kilos
de pintura para cubrir los más de 36.000 metros cuadrados del Proyecto Víbora
II con sus 2.800 metros de longitud y 14 metros de ancho, 13 si descontamos el
canalón del agua, aportándose casi la mitad de kilos en pintura blanca, debido
a su uso más intensivo.
La pintura vendrá al agua para que nadie tenga que diluirla
e evitar errores en las proporciones, con lo cual está lista para su uso desde
el momento en que se abre.
Al carecer de disolventes tendrá un secado muy rápido, lo
que ayudara a trabajar con fluidez los murales sin tiempos muertos entre un
color y otro esperando un secado óptimo.
En cuanto a la durabilidad de la pintura, depende de muchos
factores y no solo el de los componentes con que se fabrica, entre ellos el más
importante es el tipo y el estado de la superficie (la cual tras muchos años de
encauzamiento necesita una buen repaso ya), así como las agresiones externas
que padezca los murales al estar a la intemperie: viento, sol, pisadas, agua,
sedimentos arrastrados por los desbordamientos del canalón que actúan como
lijas, etc. Sin duda su persistencia seria mayor de aplicarse en las paredes
verticales del vaso del cauce al disminuir la cantidad y severidad de los
agentes externos que puedan afectar a los murales, pero estas paredes aún se
pueden considerar estar hechas de un material peor para la sujeción de la
pintura de ahí que se descartaran ya desde el primer Proyecto Víbora.
|
No hay comentarios:
Publicar un comentario