MURAL nº 122 d.
Título:
Desconocido. Para
identificar el mural le puse a la carpeta
MEDUSA.
Autor:
Desconocido.
Participantes:
Gálvez, Jorge, Lidia, Gema, Sadiko.
Obra:
Imagen realista de una medusa llena de una belleza
sobrecogedora, donde el papel principal se le otorga a las serpientes a
dotarlas de color, frente a esa cara cenicienta.
Opinión:
Yo siempre diré que cada uno saca unas conclusiones cuando
ve una obra artística, ya sea un cuadro, una fotografía, un grabado o una
escultura, lo que sea… y esas sensaciones que transmite dicha obra va enmarcada
por cosas tan dispares como gustos, conocimientos artísticos, conocer el autor
o su explicación de dicha obra, de ahí
que cuando de mi opinión siempre será subjetiva y mía, llena de grandes lagunas
o errores pero quiero darla.
Dentro de la mitología griega podemos encontrar un amplio
elenco de seres monstruosos, con distinto grado de inteligencia o
antropomorfismo, siendo uno de los iconos de estas leyendas, “Medusa”, con su
pelo de serpientes, capaz de petrificar a quien le mirara a los ojos.
Figura que curiosamente a sus inicios, era representada como
un ser monstruoso y con el paso de tiempo paso a convertirse en una bella y
terrorífica mujer a la vez.
El mito de Medusa ha
sido utilizado por el psicoanálisis desde tiempos de Freud, a ser considerado
también un icono de la ira femenina.
Tras esta breve introducción al eterno mito de Medusa,
pasemos a deslizarnos por este mural maravilloso. De entrada me figuro que uno
de esos colaboradores será el artista principal que ideo plasmar a nuestra
inquietante amiga dentro del Proyecto Víbora, tal vez debido a esa conexión
ofidia tan fácil de encontrar.
De la idea, al pensamiento, pasando por el boceto y llegando
al resultado final, muchas cosas y detalles cambian, se transforman o
desaparecen, esta ello en la esencia de cualquier obra de arte, siempre en
continua transformación hasta que el creador dice basta… y ello lo podemos ver
en las dos primeras fotos donde nuestra diabólica musa tenía los ojos bien
abiertos y que pronto se quedaron con las cuencas vacías, en un intento de
crear un personaje más inquietante o por no tener suficiente furia su mirada…
La opción de dotar solo de color a las serpientes, frente a
una cara grisácea donde solo destacan esos labios de un color rojo sangre y de
muerte, signo de su carácter seductor y de mujer fatal que tanto caracteriza a
este mito, dándole una fuerza bestial al busto que vemos, en el cual,
curiosamente no todas las serpientes se muestran amenazadoras, sin embargo
nuestra vista solo parece tener ojos para esas cabezas con fauces agresivamente
abiertas a punto de lanzarnos un mordisco de leyenda.
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