Tras siete años de ejercicio profesional el arquitecto Juan
Antonio García Solera, se puede decir que ha alcanzado la madurez de su
arquitectura en los años 60, siendo el primer proyecto de este periodo la
Clínica Vistahermosa, gracias a la confianza y la visión de los accionistas de
este nuevo establecimiento sanitario de que el nuevo edificio debía ser un
referente tanto externo como interno en la provincia de Alicante y de ello
surge el nítido prisma de la Clínica Vistahermosa (Alicante, 1960), edificio
que aunque de pequeña escala, destaca en el panorama de la arquitectura
alicantina por la coherencia de su lenguaje.
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5.- La Clínica Vistahermosa hasta su última ampliación
mantenía en el interior su ligera escalera de peldaños de madera colgada del
forjado superior mediante una fina perfilería metálica, por cuyo hueco colgaba
una serie de cables que terminaban a distintas alturas en una lámpara cilíndrica,
siendo el fondo un muro de adoquines traslucidos de cristal que le confería un
aspecto encantador, pero una reciente intervención no ha mantenido ni siquiera
esta pequeña demostración de que la calidad arquitectónica comienza en la
coherencia del planteamiento general y termina con el concienzudo diseño del
detalle constructivo y por desgracia ha imperado una reforma marmórea donde el mármol
(sinónimo de material noble) a rellenado espacios pero sin aportar calidez
alguna.
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Vista de un lado del mural existente en el Hall donde se apreciaba la obra de Miguel Angel, "La Creación". |
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6.- Sin duda lo que más llamaba la atención al público y
enfermos que pasaron por sus instalaciones era el Hall por el que entraban a la
Clínica, en principio solo por delante y en posteriores ampliaciones por detrás
también, este era diáfano con estrechas columnas que no empequeñecían para nada
la zona y un gran mural que hacía de separación, el cual contenía por un lado
la foto en blanco y negro de la cara de la Virgen “La Piedad” esculpida por el
gran Miguel Ángel y por el reverso otra foto en blanco y negro del fresco
existente en la capilla Sixtina titulado “La creación” también de Miguel Angel
y del que nunca me cansaba de mirar y perderme por sus líneas magistralmente
trazadas.
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7.- En esta imagen podemos apreciar dos de las otras señas
de identidad de este Hall, como era el jardín interior uno de los iconos que
primero desaparecieron por la falta de espacio y las ampliaciones que
siguieron, sin embargo durante muchos años tras las puertas de madera de
listones verticales del fondo se encontraba la capilla que durante todos los
domingo del año trastornaba el Hall durante la misa matinal que atraía tanto a
enfermos como a familiares de estos, junto con las monjas y personal de la casa
y algún que otro médico que se acercaba por allí con la familia para este acto eucarístico.
Durante la celebración de la Misa no pasaba ni Dios, es un decir, ya que me
refiero a que ninguna visita osaba subir a las habitaciones durante esta, con
los años esta medida se relajo bastante y entonces se desviaban las visitas que
no podían esperar a terminar la misa a que accedieran a las plantas por una
zona de servicio interior, con la marcha de las monjas todo cambio, menos
feligreses y ninguna restricción de paso, ahora en la actualidad la misa se
sigue celebrando los domingos en una capilla coqueta situada al lado del salón de
actos.
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