Gracias a estas dos simpáticas chicas que se percataron de que les iba hacer una foto, durante la espera para la ofrenda (alguien que llevaba una simple camara compacta y una pinta que ni te cuento) y posaron con una sonrisa espléndida, gente como ellas, engrandecen la fiesta.
Lo malo es que la foto no hace justicia, al no salir nítida al cien por cien, pero vale la pena ponerla a modo de pequeño homenaje hacia ellas.
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