Durante la década de los años sesenta existe un auge en la narrativa en lengua española, correspondiéndole una parte importante a los escritores latinoamericanos que aportan un aire de modernidad a sus obras, entre ellos está Gabriel García Márquez y su “Cien Años de Soledad” escrita en el 67.
Con esta obra algunos han querido ver una amalgama de acontecimientos bíblicos trasladados a la América Latina, pues esta llena de sucesos entre lo divino y lo humano, de un pueblo inventado por el autor y que a modo de otras tribus bíblicas, inician un éxodo dirigido por un patriarca que les llevara a un lugar en teoría mejor, creando un pueblo y una historia. A lo largo de las vicisitudes de Macondo, siempre están presentes los prodigios sobrenaturales reiterativos, perfectamente asumidos por los personajes novelescos, consiguiendo que el lector llegue a aceptarlos como algo natural.
Alguno de estos prodigios hay que verlos como mentes que sufren deslices, capaces de ser diagnosticados como patologías mentales con nombre y apellidos, por ilustres facultativos, que sin embargo aquí a nadie extraña, es un modo de ver las cosas, fiel reflejo de lo que se vive en muchas partes del mundo.
Durante el relato, surge hechos históricos adaptados al universo literario de Gabriel Márquez, como son las constantes carestías de las poblaciones rurales, aisladas en medio de la naturaleza y olvidadas por mundo desarrollado, las tan repetitivas guerras civiles latinoamericanas o la tan real presencia de compañías trasnacionales, capaces de gobernar y legislar según sus leyes, controlando al Estado y dadores de vida y muerte sin responsabilidad alguna, ya sea con muertes aisladas o escarmientos que son masacres encubiertas, todo eso esta en Cien Años de Soledad y en la historia de Latinoamérica.
Sumergirse en su historia es algo cautivador, te veras arrastrado por su ritmo pausado y predestinado.
Con esta obra algunos han querido ver una amalgama de acontecimientos bíblicos trasladados a la América Latina, pues esta llena de sucesos entre lo divino y lo humano, de un pueblo inventado por el autor y que a modo de otras tribus bíblicas, inician un éxodo dirigido por un patriarca que les llevara a un lugar en teoría mejor, creando un pueblo y una historia. A lo largo de las vicisitudes de Macondo, siempre están presentes los prodigios sobrenaturales reiterativos, perfectamente asumidos por los personajes novelescos, consiguiendo que el lector llegue a aceptarlos como algo natural.
Alguno de estos prodigios hay que verlos como mentes que sufren deslices, capaces de ser diagnosticados como patologías mentales con nombre y apellidos, por ilustres facultativos, que sin embargo aquí a nadie extraña, es un modo de ver las cosas, fiel reflejo de lo que se vive en muchas partes del mundo.
Durante el relato, surge hechos históricos adaptados al universo literario de Gabriel Márquez, como son las constantes carestías de las poblaciones rurales, aisladas en medio de la naturaleza y olvidadas por mundo desarrollado, las tan repetitivas guerras civiles latinoamericanas o la tan real presencia de compañías trasnacionales, capaces de gobernar y legislar según sus leyes, controlando al Estado y dadores de vida y muerte sin responsabilidad alguna, ya sea con muertes aisladas o escarmientos que son masacres encubiertas, todo eso esta en Cien Años de Soledad y en la historia de Latinoamérica.
Sumergirse en su historia es algo cautivador, te veras arrastrado por su ritmo pausado y predestinado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario