Un año más con la llegada de Noviembre empieza la recogida de oliva, ayer utilizamos para recoger un cubo de este fruto, el sistema de ordeño que se hace a mano, frente al del vareo que es con cañas o varas largas y flexibles, con las que se golpea las ramas haciendo caer la oliva sobre las lonas que previamente se han extendido en el suelo.
En nuestro caso al tener un solo olivo en el campo de mi suegro, la recogida se hace más que nada para reducir el numero de olivas que caen al suelo desde hace meses y aun así todas no las podemos quitar pues el olivo es grande, pero tampoco las podemos usar para aceite porque no da para tanto, sin embargo mi cuñada Moni es la que sabe preparar olivas para comer, bien las verdes partidas o las negras (mis favoritas) con aceite, sal y orégano, y como en la “tele” no quiero dejar pasar este momento para saludar y mencionar a mi mujer (primera por parentesco) que con la pata tiesa, ayudo a separar la verde de la negra al igual que lo hizo mi cuñado José que también que ademas ayudara a su mujer a la elaboración de este producto alimenticio típico del tapeo mediterráneo.
P.D.
Os presento una imagen que se me antoja un poco en clave baja, seguro que me equivoco, pero frente a las habituales imágenes desaturadas en las que se deja una parte en color para resaltar en esta ocasión el color que se mantiene no es claro, ni vivo, mi intención era provocar, aunque se por una milésima de segundos, una duda mental al ver esta imagen y que dudemos por unos instantes si hay color o no.
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