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martes, 11 de enero de 2011
MARIA LA TIFOSA, UNA HISTORIA DE PRINCIPIOS DEL SIGLO XX.
MARIA LA TIFOSA, UNA HISTORIA DE PRINCIPIOS DEL SIGLO XX.
PROLOGO
Lo que ha continuación vais a leer es la historia de una irlandesa llamada Mary Mallon, que termino siendo conocida en los Estados Unidos como “Maria la Tifosa”, al ser la primera portadora sana de fiebre tifoidea que alcanzo cierta fama en los periódicos de la época.
Antes de conocer quien fue Maria la Tifosa, primero os daré a conocer algunos aspectos de la enfermedad que era portadora y que espero no os resulten muy pesados.
INTRODUCCIÓN A LAS FIEBRE TIFOIDEA Y FIEBRE PARATIFOIDEA.
Las fiebres tifoideas, puede que a muchos os sonara a chino, sin embargo esta enfermedad fue antiguamente más abundante.
El agente causal de la fiebre tifoidea/paratifoidea, el que la provoca, es la bacteria Salmonella typhi o Salmonella paratyphi, de la que solo os sonara seguramente su primera palabra “salmonera” ya que solemos asociala rápidamente con alimentos contaminados hechos con huevos, sin embargo el parecido de esta, con las anteriores bacterias solo se da en el nombre, pues los apellidos son distintos, de ahí, que produzcan un cuadro clínico diferente.
La fiebre tifoidea se adquiere procedente de otro enfermo, de un portador asintomático, mediante alimentos o agua contaminados.
Su prevalencia (proporción de personas que en un área geográfica y en un periodo de tiempo establecido padecen una enfermedad determinada) es baja en Europa y más alta en los países del Tercer Mundo, en los que hay mas de 17 millones de casos al año, de los cuales 6.000 acaban en defunción. Son especialmente susceptibles los niños menores de 1 año. Actualmente están apareciendo resistencias al tratamiento, lo que complica considerablemente la curación.
El tiempo de incubación de la enfermedad varía de 3 a 21 días, dependiendo del tipo de inoculación, la edad, la salud y de otras características del paciente.
La historia clínica puede ser muy sugestiva; destacan sobre todos los datos sobre síndromes febriles tras el retorno de algún viaje. Se debe realizar diagnóstico diferencial con la malaria, la enteritis bacteriana, la infección aguda por VIH, la amebiasis, la rickettsiosis y la leptospirosis.
El diagnóstico de certeza lo dan los cultivos positivos. El estándar oro será el cultivo de médula ósea.
Su tratamiento en la era preantibiótica no se puede considerar muy efectivo, ya que la mortalidad alcanzaba cotas de un 15 por ciento.
Cuando en 1948 comenzó a usarse el cloranfenicol, descendió las defunciones al 1 por ciento y la fiebre se reducía a entre 3-5 días. Sin embargo, comenzaron a aparecer resistencias y se observó que producía aplasia medular. Por ello se empezó a usar entonces un tratamiento combinado de antibióticos. En la actualidad se utilizan antibióticos específicos, derribados de la celefalosporina o de la quinolona.
Entre un 3% a 5% de los enfermos de tifoidea serán portadores crónicos, encontrándose un ligero predominio para el sexo femenino, siendo, en estos portadores el cultivo en orina y heces, positivo más de un año después.
El ambiente cercano al portador (contacto familiar), o sea, su "esfera de acción" va adquiriendo gradualmente resistencia contra la enfermedad, no así los parientes lejanos, visitas o amigos. En una primera etapa, el portador produce más estragos en su esfera de influencia que fuera de ella, pero con el transcurso del tiempo su agresividad se desplaza hacia las personas que no han tenido contacto permanente con él, o sea, susceptibles.
Es por ello que la agresividad de un portador decrece gradualmente con la inmunización de su esfera de acción, reduciéndose paulatinamente el número de enfermos producidos sin mediar ninguna medida sanitaria.
De hecho un estudio que se realizo en Santiago de Chile en 1948 encontró entre los portadores sanos a una anciana que tuvo tifoidea en 1900 y que por lo tanto era portadora desde hacia 48 años, habiendo ocurrido durante ese tiempo seis casos de fiebre en su entorno.
Los portadores planteaban a principios del siglo XX dos importantes problemas prácticos:
1) Las pesquisas necesarias para su identificación.
2) Medidas de control posteriores a su confirmación.
3) La negación de ser el foco transmisor de los portadores.
Teniendo en cuenta los medios de aquella época se buscaba aplicar las fórmulas de menor costo y mayor rendimiento en las pesquisas, lo cual no siempre se cumplía como podemos ver en nuestra historia.
En cuanto al control, mientras no se disponga de una droga que elimine la enfermedad en los portadores, las medidas sanitarias son bastante elementales y vigentes, aun hoy en día:
a) El portador no deberá manipular alimentos, por ello deberá cambiar de profesión los manipuladores.
b) Deberá dormir solo.
c) En lo posible, usar aseo individual y efectuar desinfección de excretas.
d) Aseo prolijo de las manos y zona ano-genital.
e) Limpieza aparte de su ropa.
f) Coprocultivo periódico.
Una buena educación sanitaria consigue la disminución en la incidencia de nuevos casos de tifoidea alrededor de un portador.
Como se comprende, en la práctica resulta extremadamente difícil cumplir con todas estas medidas sin la colaboración del portador, como a continuación veremos.
HISTORIA DE MARÍA LA TIFOSA.
PRESENTACION
Mary Mallon, también conocida como María Tifoidea o María “la Tifosa”, en castellano, fue la primera persona en ser identificada como una portadora sana de fiebre tifoidea en los Estados Unidos. Este caso adquirió gran fama, debido a la obstinación por parte de la protagonista, de negar que ella fuera la causante de la aparición de la enfermedad, rehusando por tanto a dejar de trabajar como cocinera y por ello provoco la infección de 47 personas, tres de los cuales murieron a causa de la enfermedad.
SU VIDA
Nuestra protagonista involuntaria, Mary Mallon nació el 23 de setiembre de 1869, en Cookstown, Irlanda.
Cuando tenía 15 años emigró a los EEUU en busca de empleo dicen unos, mientras que otros afirman que emigro ante el seguimiento de las autoridades sanitarias irlandesas.
Lo que no esta claro es cuando contrajo la enfermedad, unos afirman que no fue hasta 1901 en territorio americano cuando Mary coge la fiebre tifoidea, sin embargo ella siempre negó haber pasado dicha enfermedad, de ahí que posiblemente ella nació siendo portadora, ya que su madre tuvo fiebre tifoidea durante el embarazo.
Los primeros trabajos que desempeñó fueron como sirvienta doméstica, pero gracias a sus dotes culinarias paso a ser cocinera, trabajo mucho mejor pagado que el de sirvienta. Sin embargo, pese a ser buena en su oficio, cierta aura de desgracia la seguía.
En 1901, un amigo de la casa donde ella era cocinera, contrajo la enfermedad y un mes más tarde la lavandera de la familia también enfermó de tifoidea.
En 1902 María se empleó en otra casa. Pocas semanas después enfermaron la lavandera de la familia y siete miembros de la casa.
En 1904 se mudó de ocupación. Tres semanas después de su llegada a la nueva casa aparecieron cuatro enfermos de tifoidea.
En el verano de 1906, fue contratada por Charles Henry Warren como cocinera en la casa de veraneo, para él y su familia. El día 27 de agosto una de las hijas de Warren se enfermó con fiebre tifoidea. Pronto su esposa, otra hija, dos sirvientas y el jardinero cayeron enfermos también, haciendo un total de seis enfermos de las once personas que vivían en esa casa. Los dueños de la casa preocupados, claro está, porque no iban a poder alquilar la casa nuevamente, contrataron algunos investigadores para identificar la causa del brote de fiebre tifoidea pero no hallaron nada.
Como Mary conocía el aura de desgracias que le seguía, abandonó la casa y fue a servir a otra familia, donde quince días después enfermó la lavandera.
En 1907 llegó a servir a una familia en la ciudad de Nueva York, y dos meses después de su llegada se presentaron dos casos de tifoidea en la familia, pereciendo uno de los enfermos.
Sin embargo la obstinación de su antiguo jefe, Charles Henry Warren no había disminuido, contratando para las pesquisas a George Soper, lo cual supuso un nuevo enfoque y un avance significativo de la investigación, este ingeniero era conocedor de que la fiebre tifoidea se puede propagar mediante la ingesta de agua o alimentos contaminados y dado que no había contaminación de las fuentes de abastecimiento de agua potable de la casa, concluyo que la fuente de infección tendría que haber provenido de uno de sus habitantes.
Pronto las sospechas recayeron sobre la cocinera, por lo que investigo sus trabajos anteriores, descubriendo que entre 1900 y 1907, Mary había trabajado en 7 casas, de las cuales 26 personas habían enfermado de fiebre tifoidea, una de las cuales (una niña) falleció por ello.
Su pasó por diferentes familias que enfermaban al poco tiempo de su llegada, le obligaba a ir de familia en familia, en una huida hacia delante, lo que contribuyó a que la enfermedad se extendiera aún más.
Con esas pruebas, Soper fue a ver a Mary a la que responsabilizo de haber enfermado a tanta gente, exigiéndole muestras de orina, heces y sangre.
Sin duda a George Soper le falto un poco de tacto en el planteamiento inicial que hizo a Mary, los perjuicios existentes en aquella época en contra de las clases sociales bajas, hacia los irlandeses y el relacionar los inmigrantes y los barrios marginales donde viven, como fuente de todas las enfermedades y epidemias, habidas y por haber, debió influir en el ingeniero.
Por un momento, pongámonos en el año 1906, donde era más fácil creer en ser portadora de una maldición mágica, antes de concebir la idea de que se podía estar infectado con algo sin estar enfermo, de ahí que figuraros la cara que se le pondría a Mary, cuando un tipo toca a su puerta y dice que por su culpa han enfermado un montón de personas e incluso muerto una niña... cuando tú nunca te has sentido enferma, ni nada, de ahí que la reacción de Mary sea lógicamente echar a Soper de su casa de malas maneras.
Aunque Soper no se rindió y volvió otra vez con un doctor, fueron igualmente despedidos de malas maneras por la furibunda Mary.
Rendido, Soper informó al Departamento de Salud de New York, el cual designó a la doctora Sara Josephine Baker, la cual, junto con 5 policías fueron a pedir las muestras a Mary. Ésta, desconfiando abiertamente y ya puesta sobre aviso, los recibió encerrándose en su casa. Cuando lograron entrar en la vivienda, no la encontraron, pues se había escondido en la de una vecina. Lo cual no sirvió de nada, sino para aumentar el afán persecutorio del engranaje municipal de la ciudad.
Cuando fue capturada y debido a su falta de cooperación, Mary fue llevada a la fuerza a un hospital, donde los análisis revelaron que era portadora del bacilo de la tifoidea. Tras esto y en virtud de las facultades otorgadas en la Carta Magan de Nueva Yor en sus artículos 1169 y 1170, el Departamento de Salud la confino en cuarentena en un hospital ubicado en la Isla del Norte Hermano, siendo analizada periódicamente, descubriéndose que si bien tenía periodos en los cuales no daba positivo a la tifoidea, la mayor parte del tiempo (120 de 163 muestras) si contenían el bacilo de Eberth.
Nuevos estudios señalan a esta portadora, Mary Mallon, como la causante de una epidemia hídrica de tifoidea ocurrida en 1903 en Ithaca, Estado de Nueva York, con un total de 1.300 casos.
A los 2 años de iniciada la cuarentena, Mary Mallon demandó al Departamento de Salud, alegando que análisis privados hechos por sus doctores revelaban que no tenía el bacilo. El juicio fue favorable al Departamento de Salud, por lo que Mary, ahora conocida como Mary Tifoidea gracias a la notoriedad que había alcanzado el caso en la prensa, tuvo que permanecer 1 año más en cuarentena.
Se sabe que George Soper intento un acercamiento amistoso con Mary en el hospital que fue rechazado enérgicamente por ella, ya que lo consideraba el culpable de sus males.
El 19 de febrero de 1910, un nuevo y más benevolente comisionado de salud, le dio la libertad a Mary, con la condición de no trabajar de cocinera dado el riesgo de transmisión que implicaba. Ella, desesperada por salir de su encierro, acepta estos términos y condiciones, firmando una declaración jurada comprometiéndose.
Así María la Tifosa se perdió en el anonimato de la gran ciudad, intento rehacer su vida trabajando de lavandera, sin embargo, acuciada por la necesidad, ya que su escasos estudios le impedían encontrar un trabajo digno y ella sabia por un lado que el oficio de cocinera conllevaba unas mejores condiciones de trabajo y mejor renumeración, mientras que por otro lado, se creía victima de una injusticia, ya que ella no se sentía enferma, ni capaz de contagiar a nadie.
Es por ello que en 1914, Mary Mallon bajo el pseudónimo de Mary Brown, entró a trabajar en el Hospital Sloane de mujeres en Nueva York. Al poco, entre enero y febrero de 1915 se presentó un brote epidémico de tifoidea con un total de 25 casos y 2 muertos. La cocinera huyó. Nuevamente las investigaciones apuntaron a la cocinera, descubriéndose que se trataba de Mary Mallon.
Esta vez la opinión pública estuvo en su contra, pues si bien Mary no creía que ella estuviera enferma, había incumplido su promesa a las autoridades y por extensión a los ciudadanos, si a eso le añadimos en su contra, el hecho de haber usado un pseudónimo con el fin de engañar, pues se sabía culpable de lo que hacia y pese al riesgo que conllevaba esta acción, volvió a trabajar de cocinera, sin importarle las consecuencias.
No es difícil adivinar que esta vez fueron mas duros con Mary, siendo confinada a cuarentena de por vida. Sin embargo Mary logró trabajar en el hospital donde estaba recluida, primero como asistente y luego como técnica de laboratorio.
Lo paradójico de todo esto es que "María la Tifosa” no falleció por tifoidea, sino por una neumonía producida tras llevar seis años paralizada en cama por un derrame cerebral.
El 11 de noviembre de 1938, a los 69 años, murió en una cama del hospital donde cumplía su cuarentena. Fue infecciosa todavía el día que murió: una autopsia encontró pruebas de bacterias de la fiebre tifoidea vivas en su vesícula biliar. Su cuerpo fue incinerado y las cenizas enterradas en el cementerio de Saint Raymond, en el Bronx.
P.D. 1
Hoy en día, "María Tifoidea" es un término genérico que se da ha un portador de una enfermedad que es un peligro para el público, debido a la negativa de esta a tomar las precauciones necesarias (como sucede en el triste caso de la Mary original y su resistencia a creer que realmente llevaba la tifoidea consigo).
P.D. 2
Independientemente de los hechos ocurridos, yo me pregunto que sucedería hoy en día si esta historia volviera a ocurrir, con esta u otro tipo de enfermedad. ¿Se le pondría en cuarentena o se le mandaría a la cárcel por homicidio?
P.D. 3
Aunque nuestra historia tiene como protagonista a Maria la Tifosa, también existieron y fueron identificados otros portadores sanos de fiebre tifoidea a principios del siglo XX en Estados Unidos, como Tony Labella, un inmigrante italiano que causó más de un centenar de infecciones y cinco muertes, así como un guía de Adirondack denominado "John tifoidea" que infecto a 36 personas, de las cuales 2 murieron.
Bibliografía
Este articulo nace ante el descubrimiento por mi parte del personaje “Maria la Tifosa” gracias a un compañero de trabajo, Alberto Rico, a partir de ahí la curiosidad por conocer un poco más de ese personaje ha ido creciendo a lo largo de los años como si se estuviera incubando, hasta el día de hoy que sale a la luz.
Para conseguir todo lo arriba puesto he usado las palabras “fiebre tifoidea”, “Maria la Tifosa”, “Mary Mallon”, “Mary Brown” y alguna otra más que he metido en el Google. Sin duda, para la mayoría de los mortales, con lo encontrado en la enciclopedia digital Wikipedia hubiera sobrado, pero he querido recopilar y reorganizar ese lió de información que aparece por aquí y por allá, dándole así una continuidad cronológica que espero no os defraude.
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2 comentarios:
Genial tu investigación. Es el tipo de mensajes que aclaran el panorama, en este caso de los contagios por salmonella. Felicidades!!
Me alegro que le haya gustado.
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