Conversación festera.
Suelo pasearme mucho entre la gente, intento no estar en un
sitio quieto, me dedico a ir de un lado para otro por la amplia zona desde
donde parten los moros, intentando siempre estar atento, lo cual hace que vea
algunas cosas interesantes y otras aparentemente tontas y que a su vez, da a
lugar a conversaciones cuando menos curiosas por no decir raras.
Eso sucedió cuando vi a un chaval de una banda de música que
se estaba colocando estos esparadrapos en sus dedos, por lo que le pedí permiso
para fotografiar sus manos, tras hacer la foto, le pregunte cual era la función
de lo que estaba haciendo y me contesto que era para evitar las rozaduras, algo
parecido a lo que hacen los boxeadores… es entonces cuando el gracioso de un
compañero salta, diciendo que eso es mentira y que se lo pone porque se mata a
darse pajas, inocente de mi, intento mediar por el joven respondiendo:
- Déjalo que cuando sea mayor ya no los necesitara (los
esparadrapos)
- Claro – contesta socarrón el otro – ya tendrá callos.
Lo que provoca múltiples risas y le digo al chico.
- Hay que ver cómo te quieren. Y me voy, ya que estas
situaciones más vale no alargarlas mucho.
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