En apenas hora y cuarto realice unas cuantas tomas, no las suficientes, sin duda, pero como siempre me llevo buenos recuerdos y es que, como le digo a mi media naranja, la foto nocturna tiene otro ritmo, lo único malo es que te puedes tropezar con mala gente, que haberla ahila, pero de momento solo tengo anécdotas bonitas, cariñosas y curiosas de la gente con la que he tropezado durante las salidas nocturnas y del barrio Santa Cruz también me llevo la sensación de que el ser humano mayoritariamente es mejor de lo que nos dice el telediario.
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