“Esta madrugada he sido testigo, de un fenómeno tecnológico que pocos seres vivos han visto, a finales de Octubre en las inmediaciones de carreteras y de líneas de ferrocarril, en las cunetas, se forman aglomeraciones de mastodontes mecánicos, en una ceremonia mitad cortejo y mitad enfrentamiento por establecer la supremacía en la manada, en esos instantes el rebaño de excavadoras se agrupan muy juntos de dos en dos con sus palas alzadas desafiante, mientras apoyan firmemente su cola en el suelo…”
Extracto del libro: La Mecánica Salvaje de Nuestro Entorno Urbano.
La historia de esta foto esta ligada a la caída de mi mujer que ha terminado con una fisura en el pie y la pierna con una férula de escayola que me ha obligado a adoptar el papel principal de amo del hogar y no sabéis el trabajo que eso conlleva, el caso es que había visto a las cuatro excavadoras el viernes a un margen de la carretera y en esa posición tan curiosa con las palas levantadas y encaradas, lo cual me hizo pensar que estarían allí hasta el martes o como mínimo hasta el lunes, ya que en estos trabajos suelen parar los fines de semana, el viernes llovió cada dos por tres y el sábado también aunque ya de cara a la noche parecía querer dar una tregua, así que a las cinco menos algo me levante para salir a las cinco y media en busca del Rebaño de Excavadoras, en previsión de lo que encontrara llevaba unas botas de agua altas, hasta casi las rodillas y menos mal por que había muchas zonas embarradas y con charcos alrededor de ellas, como siempre el problema era la falta de tiempo y la fuerte contaminación que había, pues se encontraban al lado de una carretera perfectamente iluminada.
Esta contaminación lumínica obligo a cerrar el diafragma a F/8 para poder tener tiempo en iluminar alguna zona determinada de las excavadoras y no terminara demasiado quemada la foto.
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