Hace unos años al ir adentrarme por las salinas de Santa Pola a la altura de La Marina un chaparrón de agua nos pillo en medio de la nada dejando esta infinidad de huellas por cada gota caída en el suelo, el sol del atardecer ayudo, como no, a resaltar esa textura de la tierra. |
No hay comentarios:
Publicar un comentario