Una tarde que salí a hacer fotos, la sesión se alargo más de la cuenta y tuve que irme directamente al trabajo, ya que estaba realizando el turno de noche.
Estando allí descubro un minúsculo osito panda que nada más verlo, provoca que mi cerebro idee una toma con aquel gracioso peluche, así que cuando pude me puse manos a la obra delante de unos jarrones inmensos de decoración, los cuales contenían enormes trozos de caña de bambú que como todos sabéis es el alimento por antonomasia de los pandas, sin embargo estos, por desgracia, no tenían ningún brote verde, cosa que no pareció importarle en absoluto a nuestro pequeño amigo panda.
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