Una noche de duerme vela, para mal dormir y salir a la una de la madrugada a la caza de una lluvia de estrellas que tu limitada cámara compacta no es capaz de plasmar, frió, soledad, entumecido te quedas tras horas y horas al borde del mar, menos mal que el amanecer trae luz, color y calor. Fotográfia realizada desde un punto de las dunas de la playa del Pinet, donde se ve la Isla Tabarca.
Aparte de la seguridad, que no es moco de pavo, pues te ahorras montones de situaciones tensas, acompañadas de la inevitable descarga de adrenalina, otro punto a favor de las sesiones fotográficas externas con gente, es el hecho de ser mas entretenidas y generadoras de relaciones sociales vinculantes entre sus participantes, sin embargo para mi lo único bueno que tienen y que casi nadie dice, es que aprendes, copias y descubres ángulos fotográficos que a ti solo, no se te hubieran ocurrido o desconocías.
Entre las cosas malas solo mencionaremos al “profe enterao” que no para de fardar de esto y de aquello, y de cómo se hace eso otro... que le vamos a hacer cuando mas grande es el grupo mas fácil es que te encuentres con algunos de los arquetipos de la fauna social existentes, como el gruñón, el graciosillo, etc.
También debes tener en cuenta a donde vas, pues si el paseito requiere esfuerzo físico y tiempo, es algo que puede convertirte en un lastre para el grupo si no cumples las mínimas condiciones.
Independientemente de estas dos banalidades (párrafos) ultimas, lo único verdaderamente malo de ir acompañado, se suele dar en las sesiones de naturaleza, pues se pierde esos momentos mágicos de silencio absoluto, solo roto por la madre naturaleza o su fauna, esas sensaciones que te embargan en esos momentos, valen su peso en oro o así lo valoro yo, por vivir dentro de una urbe generadora de miles de ruidos artificiales.
Entre las cosas malas solo mencionaremos al “profe enterao” que no para de fardar de esto y de aquello, y de cómo se hace eso otro... que le vamos a hacer cuando mas grande es el grupo mas fácil es que te encuentres con algunos de los arquetipos de la fauna social existentes, como el gruñón, el graciosillo, etc.
También debes tener en cuenta a donde vas, pues si el paseito requiere esfuerzo físico y tiempo, es algo que puede convertirte en un lastre para el grupo si no cumples las mínimas condiciones.
Independientemente de estas dos banalidades (párrafos) ultimas, lo único verdaderamente malo de ir acompañado, se suele dar en las sesiones de naturaleza, pues se pierde esos momentos mágicos de silencio absoluto, solo roto por la madre naturaleza o su fauna, esas sensaciones que te embargan en esos momentos, valen su peso en oro o así lo valoro yo, por vivir dentro de una urbe generadora de miles de ruidos artificiales.
Como describir el paseo solitario hasta el pantano de Tibi, en ningún momento me crucé con nadie de las tres horas y pico de caminata, el ascenso tenso por aquellos empinados escalones excavados en la misma pared de la roca, el ruido de la cascada derramándose, el volumen desigual del viento, unas veces inaudibles y otras palpablemente presente, que hasta lo sientes. Todo esto lo vives plenamente solo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario