PFIZER, CASTILLOS EN EL AIRE.
Uno no sabe a ciencia cierta si el anuncio de la farmacéutica
americana es puro márquetin, pues unos días después de darse como ganador
virtual, que no oficial, a Biden frente a Trump, va y anuncia que su vacuna
tiene una efectividad del 90 %. Y las bolsas del mundo, mundial, suben espectacularmente.
Unos dicen que es una mezcla de euforia por la victoria de Biden que conlleva
una esperanza de que este realice una política menos proteccionista que su
anterior homologo, a ello se le une los movimientos de los tiburones bursátiles
que buscan acaparar acciones baratas antes de que suban de precio en caso de
una normalidad “cercana” monetariamente hablando, pero “lejana” en la realidad,
ya que su recuperación será a medio plazo, pero hoy, aerolíneas y turismo
duramente castigados durante la pandemia han dejado de devaluarse para ser
objeto del deseo de mercados bursátiles especuladores. En las noticias antes de… hemos de esperar el paso del
tiempo, no quiero ser gafe y está claro que en estos momentos difíciles, mucha
gente necesita mensajes optimistas, pero el transcurrir de los meses nos dirá cuales
farmacéuticas se llevaran el premio económico por un lado del negocio histórico
que realizaran, cuales se llevaran el premio a la efectividad y durabilidad,
mientras que algunas verán como pierden millones e incluso tal vez su negocio. Por mucho que nos digan los rusos que tienen una vacuna, no
nos fiamos, pues siguen inmersos en la vorágine de la pandemia. Lo mismo pasa con la vacuna de los chinos, aunque tenga al bicho
controlado. Al final sus sistemas políticos pesan más que su propaganda
de estado, al ocultar aspectos importantes de sus ensayos con lo cual pierden
la confianza de otros países del mundo. La americana Pfizer ya nos empieza a vender el producto de
antemano, por un lado nos dice que para su efectividad se necesitan dos dosis
con un mes de diferencia, lo cual conlleva dos pinchazos, algo que no es nada a
cambio de quitarte el miedo a morir, sin embargo reducirá mucho su
administración correcta, dado la cantidad de olvidos que se produce cuando hay
estos intervalos entre mucha parte de la población, de ahí, que si hay otras alternativas
se prefiera las soluciones de una sola dosis. Los primeros datos presentados son de una efectividad muy,
pero que muy alta, el 90 %, lo cual es maravilloso, la de la gripe ronda entre
una horquilla entre el 40% y el 60%, mientras que la americana aún no se atreve
a dar este horquillado, de hecho, comparado con vacunas anteriores, la fase III
no tiene un numero grande de participantes, pero eso va a ser así con todas,
tendremos suficientes garantías de seguridad con ellas, pero deberemos esperar un
tiempo para saber su verdadero alcance, de hecho aún no han aportado datos
relativos a los resultados en personas de más de sesenta años, las más
vulnerables. No tendría mucho sentido administrar una vacuna efectiva al
90 % en los menores de veinte años, del 50 % hasta los sesenta años y de un 25
% con los mayores. Sin embargo, si la cifra del 90 % o incluso algo menores se corroboran,
sería el principio del fin de la pandemia tal como la conocemos ahora. Nos queda por saber la durabilidad de dicha vacuna, ya que de
momento aventuran un simple “por lo menos un año” algo que cronificaria la
enfermedad de un modo parecido a la gripe. Otro tema a desarrollar seria como organizar y planificar las
vacunaciones periódicas, no solo a nivel individual de cada país, sino a nivel
global, algo demasiado complicado cuando algunos estados carecen de una sanidad
general o en condiciones. Lo expuesto hasta ahora son pequeños escollos, la doble
vacunación, efectividad y duración, personalmente pienso que el mayor problema
lo conlleva el hecho de que dicho medicamento se debe conservar a “-70 grados”,
no habiendo congeladores con capacidad suficiente en los hospitales, ni creo
que sea factible la compra de aparatos para hospitales y centros de salud, de ahí
que supongo la campaña Vacunacional seria a pie de camiones congeladores adaptados
que se irían desplazando por las distintas localidades. Ello provocaría una
vacunación más lenta o rápida según el número de camiones vacúnales que se
creara. La duda es lo que pasaría con los países pobres. Martes 10/11/20. |
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