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miércoles, 22 de agosto de 2012

DELFÍN PENSATIVO.

NIKON D 7000 el 18/08/2012.
DELFÍN PENSATIVO 2 a las 21’27 h.
Disparo en RAW.
Objetivo 18-200 mm VRII f/3’5-5’6G.
Focal  18 mm.
Enfoque Manual, con hiperfocal.
Modo de Exposición: Manual.
BW: 3330 K pasado a 5400 K.
F/3’5.
Obturación: 7’3 seg.
ISO 100.
Estabilizador de Imagen VR Desactivado.
Reductores Ruido Activados.
Flash apagado.
Cielo: Nublado.
Luna: 1%. En la noche anterior estaba en Luna Nueva.
Contaminación lumínica: Muy contenida aunque a la derecha se encuentra Santa Pola, a la izquierda Guardamar, detrás la pedania de La Marina y en el horizonte las luces de la Isla Tabarca.



En un principio pensé en catalogar esta toma como crepuscular, pero posteriormente repasando que el sol se puso a las 20’50 h y la toma esta realizada 42 minutos después de la puesta, llegue a la conclusión de que había sobrepasado los treinta minutos de la hora mágica, de todos modos, sois libres de opinar si estoy equivocado o no.
Últimamente tengo a mi sobrina como modelo de muchas tomas de prueba, sin duda no es la modelo ideal por ser un menor y la protección que ello conlleva, si a eso añadimos el inconveniente de trabaja con niños, ya que hay que tener en cuenta que no puedes repetir más de dos veces la misma toma porque se aburren y aunque cambies de toma al cabo de cuatro o cinco fotos se cansan por lo que toca hacer un descanso mínimo de media hora, ya que si es más corto se revelan… eso si, luego son los primeros que disfrutan viéndose, pasando las fotos una y otra vez, además de enseñárselas a todo el mundo que pueden.
A la pobre de mi sobrina le había prometido que después de comer y descansar un poco que la llevaría a la playa, sin embargo como hacia más de un mes que no habíamos pasado por el campo, estaba todo hecho una pena de malas hierbas y otras cosas. Sin darnos cuenta el día pasaba rápidamente y al final hice un esfuerzo de llevarla a la playa pero… cuando nos íbamos quiso llevarse el delfín hinchable, era tarde,  las 20’25 horas y ella erre que erre, así que por no oírla, hinchamos el delfín con la condición de que ella tendría que llevarlo, cargue mi equipo por si acaso y allá nos fuimos, no habíamos andado ni 600 metros cuando tuve que cargar también con el delfín, el trípode, la bolsa de la cámara y otra bolsa con la toalla y una mudada, en fin que parecía una mula de carga.
Nada más llegar la luz se extinguía a pasos agigantados y el mar estaba picado por el viento que hacia, así que en un principio intente hacer algunas tomas con el delfín solitario en la orilla, pero basta que pienses hacer eso, para que ella quiera salir también, fueron siete disparos pausados de los que solo tres son aceptables y de ellos os subo este.

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