VIRGEN DE LA SOLEDAD “LA MARINERA”.
Los pasos salen desde el antiguo colegio de los jesuitas, que tras su expulsión de España paso en 1790 a la Comunidad Agustina que dedico el templo a la Purísima Sangre de Cristo, de ahí que también se las conozca como "Monjas de la Sangre" que son de clausura y siguen actualmente en sus instalaciones.
La capilla del convento es de pequeñas dimensiones pero en ella se venera la "Virgen de la Soledad", datada en el siglo XVII y que actualmente es la talla más antigua de las procesiones de la Semana Santa alicantina.
Los marineros, en su día, invocaban la protección de la Virgen de la Soledad para no ser cautivos de los piratas berberiscos, dándole el nombre de Nuestra Señora la Marinera.
Desde 1984, hace de eso ya 26 años, “La Cofradía del Cristo del Divino Amor y Virgen de la Soledad” quedo vinculada a la Facultad de Derecho al otorgarse a esta Licenciatura el privilegio de portar los tronos.
Si el primer paso en salir del convento, el Cristo del Divino Amor es portado por los estudiantes de Derecho, el segundo, la Virgen de la Soledad es portado a hombros por la Tuna de la Facultad de Derecho de la Universidad de Alicante, siendo el único paso de España cuyos costaleros son tunos actuales y antiguos, que la llevan vestidos con su tradicional traje.
Según cuentan y recogen varios documentos de la citada cofradía, en los siglos XVII y XVIII los condenados a la pena capital, en su última noche, eran asistidos por cofrades de la misma en el convento de las Reverendas Madres Canonesas de San Agustín, en cuyo templo se guarda la imagen de la Virgen de la Soledad.
De hecho, los propios tunos, días antes al paso de esta noche, rondan a la Virgen en el interior del citado templo y dedican canciones a las monjas que, en régimen de clausura, las escuchan y observan a los tunos a través de una cancela.
El cerca de medio centenar de tunos que portarán esta noche a la Marinera, tendrá que afrontar la dificultad que entraña la salida del templo debido a los escasos centímetros de diferencia entre la altura de la puerta del convento y la del trono.