Para evitar confusiones, ya que no coincide mi división de
los dibujos con el número de las parcelas dadas por el Proyecto Víbora, pongo
"mural" en el titulo siempre, salvo en los casos que sepa el número
exacto de la “parcela”.
MURAL nº 106.
PARCELA nº 99.
Título:
LA PASIVIDAD ANTE LA
GUERRA.
Autor:
Sabela Reig.
Participantes:
Noemi López, Irene López Sáez, Carmen Sofia Linares Leon,
Adrián López y Irene Serrano.
Obra:
Obra con un trazo sencillo para transmitir un mensaje
directo y que sin embargo puede pasar desapercibido.
Opinión:
Yo siempre diré que cada uno saca unas conclusiones cuando
ve una obra artística, ya sea un cuadro, una fotografía, un grabado o una
escultura, lo que sea… y esas sensaciones que transmite dicha obra va enmarcada
por cosas tan dispares como gustos, conocimientos artísticos, conocer el autor
o su explicación de dicha obra, de ahí
que cuando de mi opinión siempre será subjetiva y mía, llena de grandes lagunas
o errores pero quiero darla.
Resulta curioso que nadie corrigiera y se diera cuenta del
error producido al montar el boceto al revés en la primera exposición sobre el
Proyecto Víbora en el Escorxador, ya que confundierón las raíces del dibujo con
un árbol y no apreciar que las letras “Stop Wars” (Parar la guerra), estaban al
reves y es que si le das la vuelta al cuadro todo tiene sentido y de hecho esto
será lo que les pasara a más de uno cuando paseen por el cauce del río y vean
este mural, siendo la apreciación de él, diferente según en el lado en que se
encuentre el paseante, si ven la imagen al revés creerán estar ante un árbol
rosado sin hojas que se eleva hasta una nube de huellas, mientras que en el
otro lado vera la silueta de una ciudad en negro, con una serie de trazas
geométricas que forman una combinación modernista donde se aprecia dos palabras
casi universales pero al revés (nuestro cerebro solo aprecia la posición
errónea de la letras y no de todo el mural)
que casi todo el mundo puede entender las palabras inglesas por las señales de
tráfico o la multitud de películas que llevan ese nombre guerrero.
Sin embargo aquel que pasee por el lado correcto, vera al
otro lado del canalón, en la zona más alejada, una seta atómica, esa típica
forma de nube que se forma tras la explosión de una bomba atómica ocupando un
cielo roto por esa hecatombe como un cristal y que lo pinta la artista en
colores negro y azules inquietantes, mientras que en la zona más cercana, (donde
vivimos) ya que lo malo sucede lejos de nosotros, al otro lado del canalón…
unas raíces se hunde en la tierra, como escondiéndose de lo que sucede, siendo
las huellas dejadas una representación
de la zona de confort en la que nos movemos las personas libres de la
crueldad de la guerra y que miramos hacia otro lado y no nos atrevemos a dar
unos pasos para parar esos conflictos que por decenas asolan muchas regiones
del planeta.
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