Hoy por sorpresa como el que no
quiere, una compañera de trabajo se nos ha ido sin motivo, sin aviso, la sigilosa
muerte llego, le abrazo y se la llevo. 
Algunos y algunas dirán mil cosas
sobre ellas, muchas espero que bonitas, pero a Isabel Barea ya le dará igual,
porque la vida es para vivirla y sentirla… después ya poco importa. 
Tengo la convicción de que ella
era cristiana, creía en la resurrección y en un Dios poderoso y misericordioso,
espero que eso le sirva y reconforte en el dolor a su familia que aun no habrá sabido
asimilar su perdida. 
Yo solo quiero y puedo mandarte
un gran abrazo de amistad. 
Te echaré de menos. 
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