viernes, 10 de septiembre de 2010

LA ARCIPRESTAL E INSIGNE BASÍLICA DE SANTA MARÍA DE ELCHE.

La Basílica de Santa Maria es el centro neurológico de la ciudad de Elx, tanto de la moderna como la antigua, entorno a ella y en sus entrañas la ciudadanía palpita de distintos modos, unos de fe, otros culturalmente y algunos de fiesta, sin duda la basílica es uno de los símbolos más representativo de esta urbe, por eso creo que al hablar de Elx no podemos olvidar mencionar esta joya ilicitana, independientemente del color de nuestro credo o de su ausencia.


La Arciprestal e Insigne Basílica de Santa María es a nivel de templos cristianos el más destacado de la ciudad de Elche, por alberga entre sus muros la venerada imagen de la patrona de la población a la que dedican un drama musical sagrado, la Festa o Misteri d`Elx, entorno a su muerte, la Asunción a los cielos y la coronación de la Virgen.
La parroquia de Santa María se halla estrechamente vinculada a la comunidad ilicitana desde el nacimiento de la misma a la civilización cristiana y con ella ha compartido sus avatares históricos que paso a contaros brevemente.


La Basílica de Santa María está ubicada encima de la que fuera, la mezquita principal de la época musulmana que fue consagrada al culto cristiano nada más ser conquistada Elche por Jaime I el Conquistador (Jaume I el Conqueridor).
El titulo escogido, al igual que en otras muchas localidades reconquistadas a los moros por Jaime I es el de Santa María en el glorioso tránsito de su Asunción a los cielos, nombre este que al parecer le gustaba.


La mezquita-iglesia permaneció en pie hasta 1334 en que fue derruida y en el mismo solar se edifico un nuevo templo, probablemente de estilo gótico y de planta de cruz, perdurando hasta 1492 y en el que se cree, que se pudo representar el Misteri por primera vez, tal y como se hacía en las representaciones asuncionistas de la época,.
Entre 1492 y 1566 se levantó un templo más grande que se hundió a causa de unas lluvias muy fuertes acaecidas en 1672 y del que sabemos por distintos archivos existentes, que sus dimensiones eran algo menores que las del edificio actual, ya que ocupaba, aproximadamente la nave central de la iglesia que hoy conocemos. Su altar mayor estaba dedicado a la Virgen María y contaba con diversas capillas laterales en las que se encontraban los enterramientos de algunas familias ilicitanas importantes, como era costumbre de aquella época.


Incluso se conserva una descripción realizada por Cristóbal Sanz de 1621: “El templo donde se hace esta Fiesta, que es en la iglesia mayor, está hecha su fábrica, para este efecto, porque es muy grande, de una nave, y tan alta que causa espanto y asombro a los forasteros. Parece que Nuestra Señora le sustenta, para que allí se celebre su muerte y asunción a los cielos.”


En cuanto a la imagen de la Virgen de la Asunción, está poseía su propio altar y capilla en la cercana ermita de San Sebastián, situada en la calle Mayor de la villa, siendo trasladada a la iglesia de Santa María en 1648, aunque hasta 1656 no fue colocada en el retablo del altar mayor del templo.


Sin embargo, el templo que contemplamos hoy en día, comenzó a construirse a raíz de que 1672, las fuertes lluvias caídas durantes meses en toda la comarca, afectaron seriamente al templo hasta el punto de tener que cerrarlo a los fieles, aunque en un principio la junta parroquial opto por la reparación de los desperfectos, pronto se vio que esto no era posible y se decidió su derribo y nueva construcción bajo las órdenes del arquitecto Francesc Verde, colocándose la primera piedra el día 2 de julio de 1673.
A la muerte de Francesc Verde, le fueron sucediendo al mando de la obra diversos arquitectos hasta su finalización.


Sus tres portadas principales son obras creadas entre 1680 y 1682 por el escultor Nicolás de Bussy, realizando primero la portada norte con Sant Agatangelo, posteriormente la sur con el Cristo Resucitado y finalmente la portada occidental, con el tema de la Asunción, pagándosele de esta ultima portada, 1.601 reales.


El 7 de diciembre 1686, finalizada la nave central se procedió a su bendición.
Siendo la capilla de la Comunión diseñada en 1782 por Lorenzo Chápuli la ultima parte construida, dándose por finalizadas las obras en su totalidad el 3 de octubre de 1784, día que era consagrado el nuevo templo, más de ciento once años después de iniciarse los trabajos.


La falta de recursos económicos hizo que las obras de la Basílica de Santa María se prolongaran excesivamente y que, incluso fuera necesaria la reparación de partes ya construidas, de ahí que se puedan seguir los distintos estilos arquitectónicos utilizados en su realización, desde el neoclásico puro, hasta el barroco decorativo.
No debemos olvidar que durante ese largo tiempo seguramente el templo estaría funcionando litúrgicamente como medio de exaltación religiosa y para conseguir donativos con los que financiar su construcción.


En 1902 fue necesario cerrar la iglesia para proceder a su reparación, trasladándose el 8 de diciembre de ese mismo año la imagen de la Virgen desde su camarín hasta el altar mayor de la capilla de la Comunión en donde permanecería hasta 1905 mientras duraron las obras restauradoras.
El 20 de febrero de 1936, Santa María sufrió el asalto e incendio de su parte interior desapareciendo todos los elementos culturales y ornamentales del templo, que una vez concluida la Guerra Civil, a partir de abril de 1939, se procedió a su restauración.


La iglesia de Santa María es el único templo del orbe católico que goza del privilegio concedido por el papa Urbano VIII en 1632, de poder representar en su interior una pieza de teatro religioso -escenificaciones que fueron prohibidas tras el concilio de Trento-, como es la Festa o Misteri de Elx.
En la actualidad, 2010, el arquitecto ilicitano restaurador de la basílica, Antonio Serrano Brú, a indicado que la insigne basílica de Santa Maria de Elx, requiere de una inversión superior al millón de euros para alcanzar un excelente estado de conservación, acorde con ser el escenario del Misteri de Elx, Patrimonio de la Humanidad y tan importante como la obra es el lugar donde se escenifica, afirma.


Al parecer las portadas adolecen de un problema común, el desmoronamiento en las cornisas de los distintos órdenes arquitectónicos por causa del agua de la lluvia y del carácter deleznable de la piedra arenisca con la que están construidas, y lo mismo ocurre con los zócalos.
De ahí que el orden de actuación propuesto por Don Antonio, sea primeramente en la portada del Santísimo, a la vez que debería ir unida a la restauración de la parte exterior de la Capilla de la Comunión.
La segunda intervención debería realizarse, en la portada de San Juan, en el lado sur y por último, quedaría la actuación en la portada del Órgano.

Otras actuaciones también necesarias seria la reparación de las vidrieras artísticas de la cúpula mayor, así como la dotación de vidrieras artísticas para la Capilla de la Comunión y las reparaciones de los terrados de la nave y del archivo. Asimismo, se contempla la necesidad de revisar y actualizar la instalación de pararrayos, la actualización de la megafonía y la corrección de humedades en diversos puntos del templo.


Independientemente de si son las Administraciones Publicas o la propia Iglesia la que se haga cargo de estas actuaciones, soy de la opinión que el dueño de un inmueble debe cuidar del estado de salud de este, no solo por estética, si no para evitar riesgos a terceros, eso, por un lado.
Por otro, si a nivel patrimonial ya sea municipal, autonómico o nacional un inmueble esta catalogado en cualquier tipo o grado de protección, sus dueños deberían recibir algún tipo de ayuda en su restauración y por ello, a su vez, las autoridades exigirles que no se degrade dicho inmueble, bajo riesgo de expropiación.



¡Ojo! Me da igual que el inmueble sea de titularidad pública o privada, no importa de quien, si acaso para dar ejemplo del buen hacer, deberíamos tomar como muestra, el estado excelente de conservación de los bienes públicos, hecho que por desgracia no siempre es así.

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