Chernobil a sido el único accidente de la historia que ha alcanzado el nivel 7, el más alto, de la escala INESS (escala internacional de accidentes nucleares), siendo mayor en 500 veces la cantidad de radiactividad liberada que Hiroshima.
A raíz de este accidente nuclear, se denomina liquidadores a cada una de las aproximadamente 900.000 personas, que hicieron frente al accidente y se encargaron de minimizar las consecuencias del desastre… de forma consciente algunos y otros al amparo de la divina ignorancia, dada la mínima o nula información que recibieron sobre lo que hicieron y sus riesgos, eso sin contar con la ausencia de continuados controles médicos posteriormente.
A raíz de este accidente nuclear, se denomina liquidadores a cada una de las aproximadamente 900.000 personas, que hicieron frente al accidente y se encargaron de minimizar las consecuencias del desastre… de forma consciente algunos y otros al amparo de la divina ignorancia, dada la mínima o nula información que recibieron sobre lo que hicieron y sus riesgos, eso sin contar con la ausencia de continuados controles médicos posteriormente.
Lo que no se ve,
no se toca,
no huele
y no mata al instante,
no se le teme.
Teniendo en cuenta el oscurantismo informativo de las autoridades y recogiendo datos, entre otros, del informe alemán AIMPGN de abril 2006, podemos aventurar las siguientes cifras:
- Hubo 31 muertos el mismo día del accidente (mínimo) y que sigue siendo la única cifra oficial de victimas por el accidente.
- Entre 50.000 y 100.000 liquidadores muertos hasta el 2006.
- Además de aproximadamente, entre 500.000 y 900.000 los que han quedado inválidos o con secuelas de distinto grado.
Los liquidadores deben ser considerados héroes anónimos, no por su valentía, que las hubo, sino por el hecho de haber realizado un acto valioso para la comunidad cercana (primero) y la mundial (finalmente).
Gracias a ellos el incendio fue controlado sin que alcanzara al resto de reactores nucleares de las instalaciones, labor suya fue el vertido de una mezcla de componentes que enfriaron e impidieron la reacción en cadena posterior del núcleo fundido, así como la construcción del sarcófago que encierra en su interior a la bestia radiactiva que vive bajo su superficie de momento…
gracias por este homenaje. Por lo menos Europa, sino el mundo entero, les debemos la vida
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