Hoy en día es una premisa que no vayas solo por la vida, por si te pasa algo y para evitar que eso ocurra.
La idea esta bien, pero de entrada si fuera yo tan escrupuloso con ese tema de la “seguridad”, me podía quedar sentado en casa y vender la cámara, ya que todas, bueno no, el 99 % de mis escapadas fotográficas son realizadas por un servidor acompañado solo de la cámara y el trípode si se tercia.
El ir solo conlleva un grado de prudencia, pues eres conciente de tus limitaciones ante cualquier imprevisto, pero a la vez no sufres las ataduras de otros más prudentes que uno, supongo que en el término medio esta la virtud, de ahí que arriesgues algo y no siempre, sin ser demasiado peligroso, porque sino al final tendrás un disgusto seguro.
Cuando uno va en solitario tiene que manejar la lotería del azar, conocer un poco el terreno por donde se mueve y sus limitaciones. Aunque sin duda lo mas importante es ser consciente de lo que te puede pasar, habiendo previsualizado mentalmente distintos contratiempos y situaciones, para tener previsto de alguna manera tu actuación a seguir y no ser presa de los nervios y de la improvisación ante un accidente, caída, agresión, atraco, es decir, por ejemplo, no tiene por que pasarte pero y si te atracan, ¿Que serias capaz de hacer, contra uno, dos o mas?, ¿Frente a la petición verbal o frente a la navaja, pistola…plantas cara o rehuyes el enfrentamiento?, ¿Que estas dispuesto a dar y que no?, ¿Que es mas importante lo materia o tu?. Toda esta serie de dudas debes planteártelas, meditarlas, preparártelas por si acaso.
La fotos nocturnas son menos explotadas que las diurnas y claro esta que se hacen tanto en verano como en invierno (no hace la misma temperatura), a mitad de noche o de madrugada (no es lo mismo).
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