lunes, 24 de noviembre de 2008

Canción de Hielo y Fuego: Juego de Tronos.


Ayer termine la primera parte de “Canción de Hielo y Fuego”, titulada “Juego de Tronos”, una epopeya (pues son varios libros) del estilo “El Señor de los Anillos”, con sus toques de fantasía, aunque por encima de todo, prevalece la lucha despiadada entre hombres.
Hombres que dentro de un mundo fantástico, siguen arquetipos y modelos de la sociedad feudal europea, el vasallaje, el honor, las diferencias sociales tan marcadas de antaño, etc. Perviven aquí con armaduras y espadas espléndidas, animales mitológicos e historias dignas de poner los pelos de punta.
Si en “El niño con el pijama de rayas” la historia es contada desde el punto de vista único de un niño, en esta epopeya, el relato es narrador en cada minicapitulo por uno de los múltiples personajes existentes, de ahí que sepamos siempre de primera mano (o eso creemos) el porque de sus actos, inquietudes y las causas que les llevan a tomar sus decisiones.
El relato gira entorno a un rey que gobierna rodeado de intrigas por el poder; de herederos al trono permanentemente huyendo y exiliados; de un amigo del rey que se ve obligado a ser la mano derecha del rey, viéndose atrapado por el sórdido mundo palaciego y con ello involucrando a sus hijos; también hay un grupo de hombres que vigilan “el muro” que hace de frontera entre la barbarie y la razón… todas estas historias distintas, se entrecruzan y separan, una y otra vez.

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